“Mi padre sin duda alguna no fue el padre ejemplar del que me pueda sentir orgullosa. Él no supo cuidarme cuando más lo necesitaba, también fue el asesino de mi madre, por los motivos que fuera, pero lo hizo. Cada vez que pienso en él una mezcla inmensa de sentimientos se apodera de mi. Es rabia, decepción, tristeza, pero sobre todo lastima. Se quedo solo, se convirtió en un titere perfecto para la gente que buscaba meter a mi familia en todos esos negocios. Lo engañaron, le hicieron lastimar a la única con la que debió mantener un lazo increbrantable y eso es muy difícil de olvidar. Sin embargo, en este camino llamado “vida”, él también hizo cosas buenas, para empezar, evito que me muriera aquella noche que intente quitarme la vida cuando tenía 17 años. Jamás en mi vida pensé que le de

