Ian, Ken y yo entramos a la casa de mi padre, nada más llegar una sonriente Lisa que tiene a Andrea en sus brazos, nos da una pequeñas bienvenida. A los cinco minutos Andrea ya ha olido mi olor y solo quiere estar conmigo, en cambio Romeo sigue durmiendo, él es más tranquilo, en cambio Andrea pasa más tiempo despierto, no llorando pero si despierto, aunque cuando ambos dicen de coordinarse y llorar, eso es un dolor, puesto que no puedo cogerlos los dos a la vez, y mientras yo le doy a uno de mamar , Ian tiene que mecer al otro para que estén calmados y se duerman lo antes posible. Agarró a Andrea y Ken se pone a mí lado, Andrea le agarra el dedo y Ken está maravillado, desde niños a Ken siempre le han gustado los bebés, me acuerdo cuando íbamos a la primaria, que no es el mismo sitio donde