Zoe Volkov
Por favor... que alguien me ayude.
Siento cómo me bajan bruscamente del hombro en el que estaba cargada. Todo ocurre tan rápido que apenas puedo reaccionar antes de sentirme arrojada contra el capó de un carro. El golpe es seco, duro, y recorre mi cuerpo como una descarga eléctrica.
Auch...
— ¡¿Qué diablos pasa con...?! — mi queja queda a la mitad cuando la mano de Raian se posa con fuerza sobre mi boca, sofocando el resto de mis palabras. Su otra mano se dirige a mi cuello y aprieta con violencia. El aire me falta de inmediato. Instintivamente llevo mis manos a la suya, tratando de zafarme, de abrir sus dedos, de recuperar aunque sea un poco de oxígeno.
— Cállate y te suelto — advierte con voz grave y firme. Yo obedezco, desesperada, y él afloja un poco la presión, dejándo
