Zoe Volkov
La voz de Lea sigue resonando en el altavoz, interrumpiendo el torbellino de pensamientos que me atraviesan. Sin embargo, no puedo evitar mirar una vez más la pantalla del celular. Mis ojos se clavan en cada palabra, cada línea, como si al leerlo otra vez fuera a cambiar. Pero no cambia. El nombre de ellos está ahí. Claro, directo. Inconfundible.
Amon Lombardo Brooks, Benno Lombardo Brooks, Raían Lombardo Brooks, Graven Lombardo Brooks y Adad Lombardo Brooks.
Paso ambas manos por mi cabello, tirando suavemente de las raíces en un intento desesperado por calmar la creciente ansiedad que me consume el pecho. Una opresión constante que no me deja respirar con normalidad. Siento el calor subirme a la cara mientras las imágenes y documentos se repiten frente a mí una y otra vez, c
