Megan:
—Ya te lo dije, tengo que ir al instituto—
“Maldita mi suerte “, llevaba peleando con dos sujetos desde hacía casi una hora, no me dejaban salir de aquel lugar, me seguían como si yo fuese a robarme algo y ya me tenían harta.
—Ya te lo dijimos, el señor Li nos dio órdenes de que… —
—¡Ese infeliz! — grité desesperada, ¿Quién se creía para tenerme retenida aquí?, pero apenas saliera yo iba a demandarlo.
Di media vuelta y fui en busca de ese hombre lujurioso y pedófilo, ahora si, iba a conocer la furia de Megan. Todos me veían como si yo estuviera loca, tal vez si, mis ojos eran los de una loca, una loca que estaba dispuesta a golpear a Henry Li.
Entré al que era su despacho y los tres hombres ahí dentro me miraron.
—Tú … —Dije y le apunté con el dedo índice, —Te exijo que m
