—Estoy sumamente indignado, —anuncia Suriel mirando a los presentes con desaprobación—Se hace llamar celestiales y se supone que solo al escuchar esa palabra la asemejamos como pureza, —murmura—¿En serio gran anciana? —la cuestiona—Usted se cree mejor que todos y me envía a asesinar un feto, —la señala. —¡Insolente! —grita uno de los presentes al escucharlo hablar de ese modo. —¡¿Qué clase de celestiales son al enviarme a eliminar un bebé?! —les grita a todos. —Nosotros establecemos el orden natural… ese niño es hijo de un alfa y una híbrida de bruja y demonio, le estamos perdonando la vida a ella y su hermano, —le dice la gran anciana. —¿Qué tiene de malo la mezcla? —Cuestiona—Son personas que aman y allí está el fruto de su amor, —le dice. —Y