Salimos del consultorio y Loren me toma de la mano.
—¿Es difícil cierto?
—Mucho, me alegro que tengan la posibilidad de salir de esas vidas gracias a tu fundación.
—Hacemos lo que podemos, tengo que confesarte que también recibimos hombres aunque parezca increíble también hay algunos que son maltratados por sus mujeres.
—Si, me lo imagino.
—Aunque por desgracia es difícil que las mujeres reconozcamos el maltrato, en los hombres es mucho peor, tal vez por vergüenza pero ellos lo denuncian mucho menos.
Seguimos con el recorrido y la verdad que hacen un gran trabajo, después de unas horas Brett me marca.
—Boo ya estamos aquí.
—Muy bien, Loren y yo vamos a recibirlos.
Cuelgo y Loren me sonríe.—Esto será inolvidable—dice entusiasmada.
Llegamos a la puerta y las dos nos quedamos con la
