Dante Llegamos a casa con Robin, ese niño es una copia mía pero algo más pálido, casi del tono de Katrina, es lo único que ha heredado de ella, además de ser más demonio que lobo, pero es nuestro hijo y lo queremos igual. Estando en el hospital casi todos los de la manada vinieron a verlos, fue bonito ver como todos lo querían y aceptaban. Katrina me sonríe. - Necesito comer, ¿ te quedas una hora con Robin?- asiento, me deja a Robin y se va, se que le cuesta pero sino se alimenta puede enfermar e incluso morir y eso no quiero que pase. Voy a mi despacho y pongo a Robin en una cuna portátil que hemos instalado en mi despacho para días como estos o más bien en horas como estás en las que Katrina debe salir a comer. Me siento y veo una carta. La abro y leo. " Sabes, me enfadó mucho que m