—También yo pienso que sería absurdo de nuestra parte presumir que la señorita Tarrant encontraría a mi hijo irresistible, especialmente después de haberlo rechazado. Pero, aunque ella persista en esa actitud, ¿se considera usted lo suficientemente segura en relación con otros pretendientes?
La manera en que la señorita Chancellor saltó de la silla al oír esas palabras le demostró a su anfitriona que si había pretendido tomarse una pequeña venganza espantándola, el experimento había tenido un gran éxito.
—¿A qué otros se refiere usted? —preguntó Olive, irguiendo la espalda y mirando hacia abajo como desde una gran altura.
La señora Burrage —y desde el momento en que nos hemos permitido entrar en su mente podemos continuar el proceso— no había querido referirse a nadie en particular, per
