Epílogo
Vislumbro por la ventana el atavío de flores que son los últimos retoques, dispuestos a adornar el salón para el día más importante de toda mi vida.
Así mismo, la comida que debe estar en algún lugar de la cocina del más imponente hotel de la ciudad, donde sería llevado a cabo mi matrimonio con Gina.
Un hecho que se celebraría en apenas una hora.
Aún no puedo creer que el tiempo se haya escurrido entre mis dedos, parece que estoy metido en una fantasía bastante utópica, considerando los hechos que casi habían empañado este acontecimiento, unos que tenían que ver con un hombre que esperaba no ver nunca más en mi vida.
Víctor.
—¿Listo, hermano? —la voz de Evan irrumpe mis vastos pensamientos, trayéndome a una realidad más dulce—. Ya casi todo está listo, solo falta la novia.
