El abogado Ricardo Crowell llegó a tiempo a la reunión, para entonces, las indicaciones habían cambiado. El fiscal tenía el caso y la pieza clave era el testimonio de Rafael Medina que no coincidía con el testimonio de los tres fundadores de Quantum, por lo que el paso siguiente era establecer quién decía la verdad y quién estaba cometiendo perjurio. Mientras, las medidas cautelares se mantenían, las cuentas seguirían congeladas, se impondría la restricción de movimientos y durante el transcurso del día saldrían las citaciones para todos los socios fundadores de Quantum. Crowell no se lo esperaba y de camino al elevador aflojó su corbata y usó su celular para una llamada importante. – Señor, tenemos un problema – dijo, con pocos ánimos. El señor Evans escuchó en silencio, ahora la inv

