Sarah prefería trabajar en la oficina de Princesa, no importaba que la tienda hubiera cerrado y la planta baja estuviera ocupada por trabajadores, ella prefería ese espacio. Le ayudaba a concentrarse.
Y para evitar distracciones, decidió tener cerradas las cortinas.
Por esa razón la cita para hablar con la desarrolladora de software fue en la tienda. Cristián llegó temprano y bostezó.
Luisa lo miró de reojo – ¿es tu novia o algo así?
– ¿Importa para el trabajo? – preguntó Cristián.
– Olvídalo – dijo Luisa – un pesado como tú jamás conseguirá novia.
Sarah bajó los escalones y les abrió la puerta – es por este lado, siento el desorden.
– No importa – dijo Luisa.
La presentación fue rápida, Sarah tenía varias notas de lo que quería y fue revisando las pantallas. Entendía que mejorar e
