Cuando todo parecía estar lejos de tener un control, Beto Falcón con la enorma sonrisa tan brillante como el sol que lo caracteriza, miro en donde había dejado su maletín y se acercó con gracia y mucha valentía a los señores Johnson. Estirando hábilmente su mano el hombre se presentó de forma profesional . . . — ¿ Ustedes son los amorosos padres de la señorita bonita. Digo, de la señorita Johnson ? . . . Ella me habló mucho de ustedes, en especial del señor Tomás Johnson . . . ¿ Ese es usted ? — Sí claro, el doctor Falcón si que sonaba muy profesional . . . Pero no se le podía restar que el carisma alegre y jovial del hombre hizo que los padres de Brittany bajaran un poco en la guardia y respondieran ante la sonrisa de Beto Falcón olvidándose por un segundo de todo lo que habían

