Esto realmente me está cansando, Daniel cada vez está mucho más intenso, yo solo quiero tener una relación de jefe empleada. —Usted es mi jefe, así que no puedo faltarle el respeto, ¿quiere ir a desayunar? —Pregunto por segunda vez. —No, no quiero ir hasta que dejes de actuar de esta forma, sé que solo estás fingiendo porque estás molesta. —No lo estoy, jefe, ayer le expliqué que ahora entiendo cuál es mi lugar, pero no estoy molesta, es todo lo contrario, entonces espero que desayuné pronto, iré a la cafetería de la empresa, nos vemos más tarde. Salgo de su oficina, solo quiero comer, en este momento muero de hambre, y sé que mi jefe está molesto, pero no me importa. Camino por el pasillo y me encuentro con la traidora. —Estás feliz porque me despidieron. —Hola, Susana, estás hermo