Al día siguiente.
Robert me respondió el día de ayer, me siento tranquila, veo la hora en el reloj que está en la cómoda al lado de mi cama. Son las seis de la mañana, tengo que darme prisa e ir a la universidad.
Después de hacer mi rutina de la mañana bajo por las escaleras, quiero irme lo antes posible, quiero ver a Robert.
—Hija, ¿te irás tan pronto?
—Después de 19 años te preocupa lo que hago, mamá.
—No me hables así, te estás volviendo rebelde desde que te juntas con ese hombre que casi tiene la edad de tu padre.
—Y tú, te acuestas con un chico que tiene la edad para ser tu hijo, y aparte lo has visto crecer a mi lado, entonces, creo que tú estás peor que yo, mamá. Ahora sal de mi camino, tengo que ir a la universidad.
Escucho a mamá gritar a mis espaldas, pero en este momento
