Después Robert acaricia mi mejilla.
—¡Sara, tus padres están esperándote afuera! —Me dice Erika.
Me siento aliviada al saber que ella no se dio cuenta de nada, no quiero que ella se ponga celosa por su padre.
—En un momento voy, amiga.
—Está bien, te espero afuera.
Robert me da un beso otra vez y creo que está vez estoy aún más colorada de mis mejillas.
—No lo hagas ahora, tu hija podría vernos, Robert.
—Dar amor no es malo, Sara.
—Dime una vez más que me amas, Robert.
—Te amo, y te prometo siempre protegerte.
Le doy un último abrazo a Robert, y después corro a la salida de la casa, quiero ver a mis padres.
Me despido de todas y subo al auto. Al subir al auto solo saludo a mis padres, siempre intento contarles sobre la universidad pero, sé que me dirán algo como de que, soy egoí
