—No creo que yo sea una persona difícil, más bien tú eres la que me odia a muerte —me dice mientras continúa comiendo. —Yo no pensé eso —intento negarlo. —Erika, lo dijiste en voz alta, no te preocupes. Esto nunca me había pasado en años, ni el colegio, en este momento siento mis mejillas arder, me siento apenada, espero que él no lo noté o se reirá de mí. —Mírate estás roja, Erika y todo por mí —me dice mientras acaricia mi mejilla. Esto se está tornando un poco extraño, hasta para mí. Yo solo quería pasar una tarde a solas, solo yo y mi sombra. Rápidamente me aparto de mi jefe, no quiero que toque mi rostro, solo quiero que se vaya de mi casa, aunque se ve realmente lindo, él es un hombre realmente hermoso. Pero eso nunca le da motivo para engañar a su esposa. Sonia es una excelen