Julian —Sheila… Mis palabras la hicieron despertar de sus recuerdos. —No te estoy pidiendo nada —se soltó de mi agarre, dando dos pasos hacia atrás, mientras me miraba con los ojos llenos de rabia—. Sólo que te vayas y no vuelvas a aparecer en mi vida, mi bebé no necesita de ti, tú no lo deseas... ya tienes tu propio hijo… Puse los ojos en blanco, controlando mis ganas de zarandearla. —Eres una testaruda, te dije que solo es una amiga, mi secretaria, la esposa de mi mejor amigo de la universidad, él estaba pasando por una necesidad financiera, el embarazo de Helen era de alto riesgo, pero ella se negaba a irse de reposo, esa fue otra razón para contratarte, porque ella no podía viajar conmigo en su estado. —Mentiroso, mentiroso... —negaba una y otra vez. —¡Es verdad! Joel quería