Narrador Omnisente Dos meses antes de cumplir dos años encerrado Óscar ha logrado salir libre pues su único testigo está muerto y las pruebas en su contra han sido insuficientes. Vio a uno de sus hombres bajar de una camioneta Cheyenne negra, se acercó a él. –¡Jefe!, Que alegría verlo libre– se dieron un abrazo y palmadas en la espalda. –Mi buen Jaimito, ya te echaba de menos cabrón– dijo con alegría. –Yo también lo extrañé jefe todos nosotros, le tenemos una fiesta de bienvenida y unas morritas bien buenas, como le gustan patrón– Óscar suelta una carcajada y le da una palmada en el hombro a su hombre de confianza. –Eso es todo, pues vámonos que me muero por unos buenos tragos– se dirigieron a la camioneta, se subieron y se fueron hacia la casa de él. Llegaron a la lujosa casa de Ósc