Después de repasar los coches que se encontraban aparcados a un lado del suyo, Sean frunció el ceño al saber que algo estaba mal. Intentó mantener la calma ante la que podría estar pasando en su oficina y prosiguió con su lento caminar hacía el elevador. — Me acaban de comentar que el señor Black acaba de llegar — Sarah les habló a los presentes — ¿Quieren que yo lo reciba o espero a que llegue a su oficina? — Lo mejor será que te quedes en tu escritorio Sarah — La susodicha asintió al estar de acuerdo con esa idea — De igual forma va a venir hacía acá, así que no hay mucho pierde con eso. — Perfecto señor Alexander, con permiso — Bajó su mirada por unos segundos y salió de ahí despavorida. — Pobre niña — Alex asintió al tener empatía con ella — Mi hijo debería de darle un descans