[KEIRA] Después de haber acomodado un poco nuestras maletas, me acerco a la bañera, la cual él ya ha llenado y echado las sales y jabón, y observo la manera tan sensual en la que mi esposo se despoja de sus prendas. Va dejando que una a una caiga sobre el suelo y me mira mientras que lo hace haciendo de esto un momento sumamente erótico. Una vez que esta completamente desnudo, él se sumerge en el agua y me mira desde allí. —¿Acaso quieres un espectáculo privado? — Cuestiono y niega. —Simplemente te miro, es que no hay paisaje más divino que tú— Me responde haciéndome sonreír. Sin decirle una sola palabra, tomo valor y me comienzo a desprende de mis prendas una a una. Su mirada no abandona mi cuerpo y esto me hace sentir la mujer más deseada del mundo, él siempre me hace sentir así… —M