Arielle Su enojo y decepción era difícil de ver al principio. Esperaba que la tierra se abriera y me tragase pero, con cada palabra de indignación que salía de su boca, mi tristeza se transformó en enojo. Su manera de mirarme, el juicio en sus ojos, dando a entender que lo que hago está mal. Pero no tenía derecho a sentirse así ¿no? Ni siquiera me conocía, o mi historia, lo que me llevó a esto. -No puedo creerlo, de verdad. Es que ¿Cómo? Explícame. Encogí mis hombros porque no sabía que más quería de mi. -Tu acabas de decirlo. Soy Curve. Lo que no entiendo es porqué te molesta tanto. Levantó las manos tirando de su cabello con fuerza. -¿Es una broma? Me pone furioso que te muestres a todos esos hombres y que te paguen por ello. ¿No te da vergüenza? -cuestionó. Esa pregunta de