CAPÍTULO 39 DANIELA —Dime rápido lo que quieras decirme por qué tengo cosas que hacer. Iker me esboza una tierna sonrisa. ¿Se está burlando de mí? ¿Y de qué se ríe? Él decide hablar. —Quiero agradecerte lo que has hecho por mí. “Tengo que ser fuerte, no debo demostrarle por ahora cuanto me hace feliz que allá vuelto con nosotros”. —No lo hice por ti, sino por Johana, si estaba aquí fue por ella, no por ti, que te quedé claro —lo miro con frialdad. Suelta una leve risa. Ruedo mis ojos sintiéndome fastidiada porque no entiendo por qué ríe, que tanto le causa gracias de lo que digo. Sin esperarlo me toma de la mano y me acerca a él. —¿Estás segura de que fue por mi madre? —su mirada está clavada en mí. Trago saliva. —Sí. Vuelve a reír. —No te creo —dice con esa maldita sonrisa