CAPÍTULO 16 DANIELA CASARES Mis sobrinitos me tienen abrazada, sus caritas están con lágrimas, me duele verlos así, pero debo volver a Mochis, a mi casa. Beso, sus cabecitas. —No te vayas, tía, por favor, ¿Con quién jugaremos? —Me dice mi Damiancito llorando, aferrándose más a mi cuerpo. Lloro, lo abrazo con más fuerza. —Por favor, tía Dani no te vayas a Mochis —Me suplican mis niños. —Mis hermosos —digo con el corazón roto por verlos así. Mis primos toman a los pequeños, ellos no quieren soltarme, pero terminan por hacerlo. —No lloren mis niños —Me pongo de cuclillas para estar a su altura, limpio sus lagrimitas de sus rostros. Me toman del cuello y me dan un último abrazo. —Te queremos tía —Me dicen. —Yo más, al infinito, los adoro —Nos quedamos abrazados un momento —. Esta