Después de una ducha rápida me vestí con lo mejor que pude encontrar. Un vestido de color rosa de manga larga que me llegaba arriba de la rodilla y unas zapatillas que hacían juego con mi ropa; eran bonitas y aparte el tacón era pequeño, podía ir y venir sin el temor de romperme el pie con tal de lucir bien. Aplique un poco de maquillaje sobre mi rostro, recogí mi cabello y después de verme al espejo salí de mi habitación. Me apresure a llegar al comedor pero aun no se me quitaba de la mente todo lo que había descubierto este día; realmente comencé a sentir admiración por Alessandria, ella era el tipo de mujer que no se dejaba vencer por los obstáculos de la vida. No podía creer que a pesar de esa terrible tragedia, aun podía sonreír. Aun había un poco de alegría en su vida y el motivo