Me creí lo bastante madura como para afrontar esto, pero era mentira. Fue un pensamiento que me estuvo rondando durante todo el trayecto hasta este lugar, al principio pretendí tener el valor suficiente para detenerme frente a su puerta y exigir la verdad, pero Edmund me observaba de vez en cuando y eso me ponía aún más nervioso de lo que estaba ¿En realidad quería saber la verdad? ¿No era mejor quedarse callada y vivir con una mentira? Tenía miedo de saber la verdad, eso lo sabía perfectamente. Saber que tal vez tengan que decirle adiós al amor de mi vida para siempre, ponía aun peor mi estado de ánimo. Pero ya no quería más secretos ni mentiras. Inhale profundamente y con mucho esfuerzo solicite a la recepcionista del edificio que marcara al departamento 21-A. - ¿Cómo es que sabes su di