- Yo también te amo. –susurre mientras lo abrazaba aquella sensación que me ahogaba minutos y días había desaparecido, solo había paz y plenitud. - No lo olvides nunca. –dijo antes de que nuestros labios se unieran nuevamente en un cálido y apasionado beso. - Axel –la voz de Alan nos sobresalto ambos estremeciendo cada rincón de la habitación, quien había gritado desde la puerta del baño, estaba enojado, su expresión y sus puños apretados lo decían todo. –dime cual fue la que no entendiste, de debes mantenerte alejado de Mía. - Para ti es muy fácil, por supuesto no sientes como se te desgarra el pecho con cada segundo que pasas lejos de ella, decir que siento que me falta el aire es poco, en comparación de con todo lo que me ocurre cuando no la ten