CAPÍTULO 59

3117 Palabras

Rusia, Miércoles. Los últimos tres días, los hombres que le había enviado Sergey a Ancel, habían vigilado día, tarde y noche, entre la paja que rodeaba la carretera. Le habían notificado que sólo había actividad en la noche. Los autos llegaban hasta ese punto, y luego, se desviaban en un camino que parecía ir a alguna granja. Pero no era así, ese día, en la madrugada, habían capturado a una pareja —o secuestrado, como ellos no dejaban de repetir—, y estos, habían informado, no de forma voluntaria, que unos minutos después del desvío, sólo había grandes terrenos donde estacionar los autos, y que, dentro de un conteiner aparentemente abandonado, había una entrada a un club subterráneo donde podías acceder si eras invitado o socio, allí adentro, era como un club normal, pero más libre,

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR