—¿Hola? —contestó desde la otra línea. —Peter, necesito tu ayuda—respondí. —¿Quién es? —preguntó brusco. —La que es muy sentimentalista como para cumplir su misión—respondí en tono burlesco. —¡Lua! Que gusto saber de ti, ¿Qué sucede? —preguntó. —¿Cómo me deshago de un cuerpo? —pregunté seria—, Tranquilo la línea es segura, te estoy llamando desde un teléfono público. —Bien, ¿Qué tipo de cuerpo? —preguntó especifico. —Uno robusto de un 1.80m—respondí—, ¿Sugerencias? —Esto es lo que harás…—respondió y asentí, memoricé cada nombre y le dije a Perla que anotará un número telefónico. —¡Gracias, Peter! Me has salvado la vida—respondí. —No hay de que niña, espera un momento. ¿Ya lo…? —preguntó sorprendido, pero a pesar de que estaba alejada de Perla, no podía permitir que sospechara al

