Al llegar a la gran ciudad de New York, me sentí un poco nerviosa. Las mismas calles que tanto tiempo recorrí, tenía muchísimo tiempo sin acercarme a mi antigua casa. La ultima vez que fui había sido vendida a una familia muy amable, incluso me permitieron pasar y me invitaron a cenar con ellos. Ahora la veía abandonada, seguramente se aburrieron de las goteras que tenia el techo, los ruidos de las ratas por los conductos y las filtraciones de las paredes. Con mucho cuidado de no ser vista, entre por la ventana rota de la cocina. Todo se veía en ruinas, me partía el corazón saber que no quedaba nada de mi hogar. Rebusque por el antiguo despacho de mi padre, tocando las paredes, buscando algún escondite, pero no había nada. Subí a mi antigua habitación, a la que solían usar ellos, pero no