¿¡Dónde está la maldita llave!? No voy a dejarlas solas. No voy a perderlas de vista ni un momento para que vuelvan a arrebatármelas. Una opción es que todo esto no sea real. Tal vez esperando en la oscuridad de los pasillos me he quedado dormida y esto es solo una pesadilla. Me giro para volver a observarlas. Han perdido tanto peso y están tan demacradas que no parecen ellas misma, pero lo son. - Katherine - dice Noah con una voz suave - no hay llave. El rey en persona viene de vez en cuando. No hemos salido ni una vez desde que nos encerró. Me acerco a ellas. Rozo sus manos, tan asperas y sucias que cualquiera que no las conociera se alejaría sin dudarlo. - Esta noche mi padre y los rebeldes atacaran el castillo - digo en voz alta. En parte para convencerlas a ellas y en parte par