Al salir del estudio se nota que en cualquier momento va a comenzar llover. Todos salen corriendo, directo a sus autos, sosteniéndose el pelo porque hay un viento terrible y el cielo cubierto de nubes grises y amenazantes. David me deja atrás, como siempre, así que tengo que rebuscármela para volver a casa. De lejos noto a Roxana entrando al auto de Abel y me tapo el rostro con el pelo para que no me vean. La verdad es que prefiero que me agarre la lluvia en el medio del camino antes que viajar con ellos, la situación es demasiado incómoda cada vez que estamos a solas.
Una aclaración de garganta a mi lado me llama la atención y resoplo al ver a Alejandro. ¿Es peor viajar con el nene o con los tortolitos?
—Parece que viene una tormenta —expresa. Asiento con la cabeza y hago una mueca burl
