Rocío Me levanté de la cama a las 6 am. Partiríamos para el entrenamiento a las nueve, pero estaba muy ansiosa por volver a mi vida normal, así que me puse a leer algunas cosas de la Universidad y luego, arreglé mis cosas. Aun sin permiso del médico, al cual iría esa tarde, cambié mi muslera rígida por la flexible, y arrinconé las muletas. Quería exigirme al máximo, dar todo de mi… demostrarle a Camilo que sí quería y que sí podía. Lo acepto… diga lo que diga y haga lo que haga, él es el motor de mi superación. Para cuando Mateo se levantó, ya estaba más que lista, así que solo quedaba desayunar y esa mañana, mi padre nos llevaría a La Ciudad Deportiva, camino al trabajo. Estaba muy ansiosa, el camino se me hacía eterno, parecía una niña de cuatro años que la iban a l