Camilo Como habíamos pactado con los hermanitos Brown, yo pasaría por Rosa y Lorenzo esa tarde… cuando toqué timbre, la mujer abrió sorprendida, mientras yo trataba de mantener mi sonrisa y no delatarme, pues su esposo sabía todo y de tan contento que estaba, no sabía si iba a poder controlarme, tanto como él… Rosa – ¡Camilo! ¿Cómo estás? (dándome dos besos) ¡Mis hijos no están, pero pasa! Camilo – Muy bien, si, de hecho… vine porque… quiero darle una sorpresa a Rocío y me gustaría que me acompañaran... Rosa – Pero… ¿de qué se trata? (mirando a su esposo) yo tengo que cambiarme, espera que trato de llamar a Mateo que me estuvieron tocando las telas estos dos y me urge marcar una pieza de un vestido (nerviosa llamando por el móvil). Lorenzo – Mujer, después te ayudo, ¡no