Cenamos en familia… ya Rocío estaba más cómoda y hablaba. Poco, pero más que antes. Si acaso se sentía algo incómoda por la incesante mirada de Joan sobre ella. Podría decirse que estoy celoso de mi sobrino… no le quitó los ojos de encima… y ella, ella lo mira con una ternura indescriptible…
Joan – ¿Te puedo decir tía? (preguntó de la nada haciendo que todos se rieran)
Rocío – (me miró sin poder ocultar lo colorados que se pusieron sus mejillas)… ¡¡claro!! (Emocionada y acariciándole las mejillas)
Joan – ¡¡Genial!! (Y se bajó de su silla para abrazarla).
Tomé su mano y la acaricié. Estaba completamente integrada a mi familia, y eso me ponía muy feliz. Joan jamás había querido a ninguna de mis novias. Su padre decía que eran celos, pero yo estaba seguro que no. No le gustaban y ya
