Cassandra Me siento nerviosa, como si estuviera a punto de dar un discurso frente a una multitud o me acabara de declarar. Oh, esperen… eso hice. Siento mi corazón latir prácticamente en mi garganta, mis manos sudan y esa mirada impenetrable de Liam no ayuda. ¿Por qué carajos no dice nada? Siento que voy a vomitar o algo. —Cassandra… — susurra y parece salir de su letargo, pero sigue mirándome fijamente y ya quiero pegarle en la cara, a ver si reacciona. No me gusta la tensión en el aire que me aprieta hasta los huesos, es molesto y por un momento siento que solamente estoy haciendo el ridículo. —¡¿No puedo creerlo?! — grita y pego un salto en el sofá que casi me hace llegar al techo. —¡Ahhhh! — se me escapa un grito agudo y el maldito se ríe bajito, mirándome con ojos brillante
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