Si alguien me hubiese dicho que tendría sueños húmedos con mi jefe, les habría respondido que para que eso ocurriera, el infierno primero se congelaría, pero ocurrió. Y es una mierda. Despertar en medio de un sueño erótico, jadeante, con el sudor bañando mi cuerpo y dolorida entre las piernas, no es una sensación agradable como parece.
«Estoy malditamente frustrada y cabreada con King por meterse en mi mente de esa forma, es que todo parecía tan real que por un momento quise volver al sueño».
¡Maldito!
Bajo del auto, avanzo por el parqueadero del restaurante donde me esperan Daniela y Elsa. Ayer quedamos en vernos para almorzar en uno de los restaurantes de la playa. Elsa y mi hermana tienen una semana muy ajetreada y es casi imposible que las pueda ver entre semana, así que, lo más i
