Me vuelvo a la habitación porque en el fondo no quiero saber lo que está pasando. Seguro que se cuerpo ahora mismo descansa en el fondo del lago, con los peces... o en un agujero en medio del campo para convertirse en alimento de los animales... cualquiera de las opciones me parece terrible y aunque me afecta y siento la respiración agitada, por algún extraño motivo estoy tranquila. Mi corazón late a un ritmo normal y tengo tal cansancio que creo que lo de Peter puede esperar a mañana. La cama parece demasiado cómoda. - ¿Cómo estás? - pregunta acercándose a mí. -No se... supongo que bien - me encojo de hombros porque no lo entiendo - estoy tranquila. - Eso es por lo que te ha dado el médico - me sonríe con ternura. Una faceta suya que no conocía y que me encanta - ven, túmbate conmigo.