Hemos pasado dos días viéndonos a todas horas. Las horas al lado de Ian se me antojan demasiado cortas y eso que nos turnamos para dormir en su casa o en la mía. Sigue empeñado en adivinar cual es la única flor que me gusta, pero como este juego me encanta, no suelto prenda. Si quiere saberlo tendrá que adivinarlo. -¿Le digo a Max que te recoja cuando termines? - pregunta pasándome la chaqueta. -Hoy tengo inventario, terminaré tarde. Puedo conducir yo misma - propongo - no me gusta que por mi culpa Max no descanse. -Ese es su trabajo Emma, además, no quiero que conduzcas sola por la noche. -Ya... pero aun así... - su trabajo es llevar y recoger a Ian, no a mi y si fuera por el día no me importaría tanto, pero obligarlo a que permanezca despierto...es demasiado. -Está bien. Avísame cua