Nilo La lluvia no cesó desde aquella noche, Roma fue bañada con la sangre de dos importantes personas que significaron todo en mi vida y hoy junto a Claude, Enrique, Oskar, Christian, Alma, Elio, Domenico y otros más, éramos obligados a despedirnos de Joan y Josh para siempre. Mientras Enrique daba unas palabras que para mí se diluían con el agua, mi mente me llevaba a hace dos noches cuando vi a Josh correr hacia el pasillo con arma en mano y mi corazón se dividió en dos al no saber a quién salvar. Anhelaba ir tras él para detenerlo y hacerlo entrar en razón, pero no podía dejar a Joan solo al seguir con vida, su pulso era débil, pero seguía a mi lado, entonces apareció Domenico como caído del cielo y por un instante creí que lograría salvarlo, pero para cuando llegó la ambulancia ya er

