Elio Percibí una paz indescriptible, pero no fue esto lo que me despertó, sino el sentir la colonia de Josh y su voz llamándome en un delicado susurro, incluso sentí como si él estuviera acariciando otra vez mis lunares repasando la constelación que tanto le gustaba. No pude evitar llorar ahogado en esta melancólica felicidad, aunque me vi sorprendido cuando me di cuenta de que no era el único que estaba así, Nilo también lloraba ahogado en el mismo sentimiento y nos abrazamos descargando por completo este dolor como nunca lo hicimos, pues esta era la primera vez que lo dejábamos al desnudo. No sé cuánto tiempo transcurrió desde que despertamos, pero al quedar más tranquilos me fijé en el reloj de la pared percatándome que se me había hecho muy tarde. —Disculpa, debo irme —me senté ense

