Josh Hablamos con los padres de Elio explicándoles que debíamos regresar a Roma al ser llamados por un trabajo, por suerte para nosotros Oskar partió ayer a París ahorrándonos las explicaciones con él, así que empacamos y llegamos a casa de Elio organizando todo, estaba feliz al saber que comenzaría una vida aquí con él y más cuando organizaba los libros que le pedí a Oskar cuando viajó a España… Solo de imaginar las veces que los leeríamos Elio y yo en la bañera, en un parque, la cama o donde fuese, me generaba un calor de hogar indescriptible. —Josh, ¿estás listo? —Sí, aunque estoy muy nervioso, es extraño que Cliff reapareciera después de tanto tiempo y más con esa amenaza. —Sabes que no tiene otra forma de hacer las cosas si no es por medio de estas cuando no se hace como él quiere