Siete años han pasado desde que Ragnar escapó de aquel infierno en el que nació. Ahora es una joven de catorce años, pero que, al verla, se apreciaba más como una mujer adulta con ese cuerpo esculpido por los dioses, acompañado de sus cicatrices como recuerdo del pasado dantesco que vivió, una tez tan blanca como la nieve, labios tan provocativos y a la vez llenos de veneno. Su nombre tomó más fuerza en el bajo mundo y su poder era conocido también entre grandes empresarios. Se instruyó en muchas áreas como medicina, ingeniería, artes, leyes, arquitectura y negocios, domina el inglés, español, alemán, francés, griego, ruso, italiano, portugués, galés-escocés y lenguaje de señas, eso sin mencionar el instinto asesino que corría en sus venas con el combate cuerpo a cuerpo y uso de todo tipo