- Vamos Leila, 1, 2, 3, ¿Pero qué te pasa? Estás muy floja el día de hoy - dijo Shaira sudando hasta el pelo.
- Mujer... ¡por favor para! me tienes de los nervios ya - respondió Leila, queriendo lanzarse al suelo.
- Sólo llevamos dos horas de entreno, esto no es nada, de verdad necesito entrenar más, si no puedes, seguiré en el saco - dijo Shaira con su voz agitada, pero sin parar de lanzar golpes a Leila que la estaba entrenando.
- No puedes, de verdad que ya es suficiente Shaira, te lastimarás - le respondió Leila preocupada, desde que conoció a Shaira, ella solo iba a entrenar a su gimnasio, y no salía de allí, sino hasta horas después, cuando la mujer ya no podía con su propia alma.
- No me importa, la verdad no me importa lastimarme, ojalá un golpe o las heridas del entreno, regre
