Mientras la mujer se lamentaba de su vida, y tomaba una y otra vez sus tragos como si fueran agua, no muy lejos de ella en una cabina privada en la segunda planta de la discoteca, dos hombres disfrutaban del reencuentro de su amistad después de muchos años sin verse. Carl Form hace dos días había regresado a la ciudad de México, él era un corredor reconocido internacionalmente, y tenía programado una carrera de ruedo en 3 días más, sabiendo que uno de sus mejores amigos de la infancia estaba en la ciudad, no podía perder la oportunidad de disfrutar unas copas con él y ponerse al día. En el pasado Fernán y Carl competían en carreras clandestinas por los coches más lujosos que se permitían tener, sin embargo, todas estas actividades fueron parando cuando él se comprometió con el amor de su