[Amelie] Estoy sin palabras ante la solicitud de mi padre. El solo pensar que tengo que viajar con Julien a Las Vegas y permanecer con él lo que sea que dure la convención, es algo que no deja de darme vueltas en la cabeza y no me agrada en absoluto. «¡¿Cómo lo voy a soportar todo el tiempo al lado?!», pienso y suelto el aire de forma pesada. Supongo que en mi cara se ve la incomodidad que tengo con la noticia, que Martín agarra mi mano entre las suyas y la acaricia. —Después seguimos hablando de los detalles… Por el momento me disculpo con ustedes, pero me siento cansado —se excusa mi padre y me preocupo, porque es posible que se esté sintiendo mal y no nos lo esté diciendo. —Alexandre, ¿estás bien? —le pregunta Ágnes, como si por su mente hubiera pasado lo mismo que por la mía.