Lo bien que hueles. ■■■■■■■■ Murat despertó sobresaltado, miró a su alrededor y se dio cuenta de que Melisa estaba dormida en un sofá. Se talló los ojos y volvió a verla, su cabeza daba vueltas, sintió náuseas y corrió al baño a vomitar. Melisa se levantó por el ruido y bostezó mientras se estiraba un poco, se puso de pie y caminó hasta el baño, ahí estaba Murat vomitando sus jugos gástricos. —Buenos días— dijo ella. Murat solo alzó un dedo y continuó sacando todos sus pesares, le bajó a la palanca del baño y tomó un poco de papel para limpiarse. Arrugó el entrecejo y se puso de pie. —¿Qué haces aquí?. —Pues no se, usted dígame. Él frunció el ceño y fue a lavarse la cara, no recordaba nada de anoche, tenia una laguna mental y eso no era algo propio de él, le dolía un poco la garga

