Antes de que pueda contestar, la puerta se abre y Ciara se sorprende al vernos a los dos, se ve un poco incómoda. —Pasa Alessandra, por favor —dice amable—. Gracias por aceptar la invitación. Donnan entra detrás de mí. —¿No pensabas decirme que teníamos una invitada? —interroga Donnan a Ciara molesto, ella se pone roja y luce avergonzada. —¡Donnan! —lo reprende—. Tú nunca cenas con nosotros, todos los días te sales por las noches no sé a dónde y regresas muy tarde. —Seguramente me voy a molestar a los turistas —se burla mirándome de pies a cabeza. —No tengo idea de lo que hagas, pero como nunca estás, no pensé que tuviera que darte explicaciones —se justifica Ciara. En eso entra Nico a la sala. —Alessandra, bienvenida, siéntate por favor, ponte cómoda; no pongas atención a los herm