Elsa no quería verse tan lamentable, respiró profundamente para hacer una pausa y miró al barón Salvoni – ¿cómo ha estado? – Mejor – respondió el barón – quería felicitarla, escuché por casualidad que se casará con el conde Edwin Constantino. – No, en absoluto – lo negó moviendo las manos – sus padres hablaron sobre el compromiso y yo me negué – se puso nerviosa, sí quería casarse y estaba entrando en pánico por su edad, pero tampoco quería un compromiso arreglado y cambiando de tema – lo vi hace un momento, usted, ¿está planeando casarse con esa joven? Antonio miró hacia atrás – no, ella es mi prima, sus padres vinieron de visita y me pidieron que la trajera a la fiesta. – ¡Ah! En el tiempo en que Flora vivía, cortó los lazos entre el barón y todos sus familiares, incluidos sus padre