La puerta de la habitación se abrió de golpe y Crisoldo, quien se probaba su tercer saco, giró la mirada hacia la mujer que irrumpió en su habitación, su prima Monia. – El reino es una locura – se sentó – primero mi hermoso torneo opacado por tu selección de concubina – caminó de un lado al otro – después el atentado durante el torneo, la muerte del duque Vanlander en nuestro territorio, el incendio del jardín – se acercó a la ventana y miró los árboles – y ahora esta oleada de calor en plena primavera, hay rumores que anticipan otra sequía en represalia contra la santa de Nelsira porque todo comenzó con su llegada. – También con la del duque Narciso Daemonium – la interrumpió. Monia se mordió el labio – ¿sabes que sigue visitando la casa de los Leonidova?, no entiendo qué es lo que qui

